


BMW Group ha dado un paso clave en el camino hacia la movilidad eléctrica del futuro al comenzar las pruebas de campo de su primera batería de estado sólido (ASSB, por sus siglas en inglés) integrada en un vehículo: un BMW i7. Esta tecnología, desarrollada junto a la empresa estadounidense Solid Power, promete ofrecer mayor autonomía, eficiencia y rendimiento en comparación con las baterías actuales.
La tecnología ASSB se distingue por su capacidad de almacenamiento más compacta y ligera, gracias a su alta densidad energética. Esto se traduce en baterías más pequeñas y eficientes, sin comprometer la autonomía. El uso de un electrolito sólido a base de azufre —más seguro y estable que los líquidos convencionales— representa una revolución en la ingeniería de baterías.
El BMW i7 equipado con esta innovadora batería ya circula en Múnich como vehículo de prueba, marcando un hito importante en la colaboración entre BMW y Solid Power, una alianza que se remonta a 2016 y que se ha fortalecido con el tiempo. Ambas compañías están enfocadas en obtener información clave sobre el comportamiento, expansión y gestión térmica de las nuevas celdas en condiciones reales de conducción.
BMW Group continúa posicionándose a la vanguardia del desarrollo tecnológico, y esta prueba es un reflejo de su estrategia abierta a nuevas soluciones energéticas. El Centro de Competencia de Celdas de Batería (BCCC) en Múnich y su red global de 300 socios tecnológicos reafirman el compromiso del grupo con la investigación e innovación.
Con estas pruebas, BMW Group se acerca cada vez más al objetivo de incorporar baterías de estado sólido en sus futuros vehículos eléctricos, abriendo la puerta a una nueva era de movilidad más eficiente, segura y sostenible.



