Lo que comenzó en 1959 como una solución británica para la movilidad eficiente se ha convertido en un fenómeno global. El Mini clásico, diseñado por Sir Alec Issigonis —ingeniero visionario de raíces griegas, turcas y bávaras—, no solo transformó el concepto de automóvil urbano, sino que también cruzó fronteras para conquistar carreteras en todo el planeta.
Su espíritu funcional, divertido y accesible le permitió adaptarse a diferentes culturas y mercados. Durante sus primeras décadas, el Mini clásico se fabricó no solo en Inglaterra, sino también en Australia, Sudáfrica, Italia, España, Chile y Brasil. En cada país, el modelo fue interpretado y adaptado para responder a las necesidades locales, manteniendo intacta su esencia original.
Con la llegada de BMW Group en el año 2000, MINI emprendió una nueva etapa de expansión y modernización, llevándolo a plantas de producción en Austria, Holanda, Alemania, India, Malasia, Tailandia y China. Este último se ha convertido en un actor clave para la nueva era eléctrica, con la fabricación de modelos como el MINI Cooper y el MINI Aceman totalmente eléctricos.
Hoy, MINI es sinónimo de tradición británica y proyección internacional. Desde las calles de Londres hasta las avenidas más modernas de Asia, el espíritu MINI sigue transmitiendo una experiencia de conducción que combina diseño icónico, innovación tecnológica y una personalidad inconfundible. Un legado que, más de seis décadas después, continúa acelerando hacia el futuro.
